Lasaña napolitana

Receta ↓ Ángela Solar

La lasaña napolitana, con su deliciosa combinación de carne picada, salsa de tomate y bechamel, es una receta tradicional italiana que te transportará directamente a Nápoles con cada bocado. Sorprendentemente fácil de preparar, esta lasaña te dejará con ganas de más en cada ocasión.

Perfecta para una cena familiar o para impresionar a tus invitados, esta receta de lasaña napolitana es una verdadera delicia.

Los imprescindibles de la lasaña

Para ensamblar la napolitana perfecta, te harán falta unos ingredientes esenciales de este clásico. Comenzamos con su resistencia, necesaria para sostener las suculentas capas que vamos a crear. Yo siempre apuesto por las placas frescas, que aportan una textura inigualable. El tomate debe ser rico y aromático; si tienes la oportunidad, te recomiendo hacerlo tú mismo, el sabor casero marca la diferencia. En cuanto a la carne, aquí es donde puedes dejar volar tu creatividad: ternera, cerdo o una combinación de ambas, lo importante es que sea de calidad y esté jugosa. Y cómo olvidarnos del queso, ese mozzarella que se derrite lentamente y el parmesano con su toque salado, son el broche de oro para nuestra obra maestra.

• Pasta para lasaña - Opta por placas frescas si puedes, merece la pena.
• Salsa de tomate - Casera para un sabor auténticamente napolitano.
• Carne - Sé audaz, mezcla ternera y cerdo para un sabor completo.
• Queso mozzarella y parmesano - Indispensables para esa textura fundente y sabor intenso.

Preparación de la salsa de tomate casera: ¡el secreto de una lasaña napolitana auténtica!

Recuerdo mi primer viaje a Nápoles, donde el aroma de comida recién horneada inundaba las calles. Fue entonces cuando descubrí el auténtico sabor de la pasta napolitana. Ese sabor se lo debemos, en gran parte, a una preparación casera de tomate hecha con cariño.

Para preparar esta deliciosa, necesitarás tomates maduros, cebolla, ajo y hierbas aromáticas. Personalmente, me encanta añadir un toque de azúcar para realzar su sabor natural. ¡No te olvides de salpimentar al gusto!

Una vez que tengas todos los ingredientes, sofríe la cebolla y el ajo en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Al dorarlos, agrega los trozos de la planta y las especias. Deja cocer a fuego lento durante aproximadamente 30 minutos, o hasta que espese y adquiera un color rojo intenso.

¡Truco! Para obtener una salsa más fina, puedes triturarlos antes de añadirlos a la sartén, o utilizar una batidora de brazo una vez que haya cocido.

Preparación de la carne

¡La carne es uno de mis ingredientes favoritos en esta deliciosa receta! Recuerdo cuando mi abuela me enseñó a prepararla, y siempre me decía que la clave estaba en elegir y cocinarla a la perfección.

Para empezar, te recomiendo usar una mezcla de ternera y cerdo para obtener un sabor completo y equilibrado. Si prefieres una opción más ligera, puedes optar solo por la ternera.

• Una vez que hayas elegido la carne, dórala en una sartén a fuego medio-alto hasta que esté bien sellada.
• A continuación, agrega la salsa de tomate casera que previamente habrás preparado. Déjala cocer a fuego lento durante al menos 15 minutos para que los sabores se mezclen y la carne quede tierna y jugosa.

¡Truco! Si quieres darle un toque especial a tu plato, prueba a agregar un poco de vino tinto a la salsa de tomate mientras cocinas la carne. ¡Le dará un sabor increíble!

Cocción de la pasta

¡La pasta es un elemento fundamental en nuestra lasaña napolitana! Sí, sé lo que estás pensando: "¿Cómo puedo cocerla correctamente?" No te preocupes, te tengo cubierto. Sigue estos pasos y conseguirás una pasta perfecta para tu deliciosa lasaña.

Personalmente, siempre prefiero usar placas de pasta frescas. Recuerdo mi primera visita a Italia y la deliciosa experiencia de probar su famosa pasta. ¡Fue una experiencia culinaria inolvidable! Desde entonces, siempre opto por placas frescas al prepararla en casa.

• Llena una olla grande con agua y añade sal al gusto. ¡No escatimes con la sal! Necesita un poco de sabor.
• Lleva el agua a ebullición. Mientras tanto, puedes aprovechar para preparar la salsa de tomate y la carne, ¡así todo estará listo al mismo tiempo!
• Agrega las placas de pasta para lasaña y cocínalas según las instrucciones del paquete. Recuerda evitar que se peguen entre sí. Yo suelo removerlas suavemente con una cuchara de madera para evitar que se peguen al fondo de la olla.
• Una vez cocida, escurre en un colador y enjuágala con agua fría para detener la cocción. Esto también ayudará a evitar que se peguen las placas entre sí.
• Permite que se escurra por completo antes de utilizarla para armar la lasaña. Si la dejas escurrir sobre un paño limpio, absorberá mejor el exceso de agua.

¡Truco! Si quieres que quede aún más sabrosa, puedes cocer la pasta en la salsa de tomate casera en lugar de agua. ¡Le dará un sabor increíble!

Montaje de la lasaña

¡Ahora llega mi parte favorita de preparar la lasaña napolitana! Una vez que tengas todos los componentes listos, es hora de montarla capa por capa. Recuerdo cuando mi abuela me enseñó a hacerlo; fue una experiencia inolvidable. Empieza con una capa de salsa de tomate casera en el fondo del molde para evitar que se pegue. A continuación, coloca las placas de pasta frescas, cubriendo completamente. Luego, añade una capa de carne con tomate, seguida de otra capa de pasta. Repite este procedimiento hasta que se acaben los ingredientes, culminando con una capa en la parte superior.

No olvides espolvorear queso rallado entre cada capa, excepto en la última, donde añadirás una generosa cantidad de queso para gratinarla en el horno. ¡Truco! Para evitar que la pasta se ablande demasiado, puedes secar las placas con papel absorbente antes de montarla.

Horneado y emplatado

¡Ya casi está! Una vez que hayas montado tu deliciosa receta napolitana, es hora de hornearla. Precalienta el horno a 200°C (180°C con ventilador) y hornea la lasaña durante 30-35 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y burbujeante como me gusta a mí.

Recuerdo la primera vez que horneé en casa. Estaba tan emocionada por ver cómo quedaría y, cuando la saqué del horno, el olor y la vista de esa superficie dorada y crujiente me conquistaron completamente.

Deja que repose unos minutos antes de servir. Esto hará que sea más fácil de cortar y evitará que se desmorone. Además, te recomiendo espolvorear un poco de orégano fresco encima justo antes de llevarla a la mesa. ¡Le dará un toque de sabor y presentación increíble!